Cómo lograr tus propósitos de año nuevo
Así que 2019 ya está aquí y para muchos de nosotros significa que es el momento de pensar en nuestros propósitos de año nuevo. Pero, en la medida en que te acercas a esa página en blanco, con entusiasmo e ilusión, soñando con la persona saludable, rica y exitosa en que te vas a convertir, hay una pregunta que no puedes pasar por alto…
…¿Qué tal han resultado tus propósitos de año nuevo de 2018?
¿Corriste esa maratón, aprendiste ese idioma, leíste dos libros a semana?
Si lo conseguiste, ¡felicidades! En serio, te mereces una ovación. Eres realmente especial. Y es que la ciencia ha demostrado que la ratio de cumplimiento de los propósitos de año nuevo es… alrededor del 12%.
Sabemos que suena un poco deprimente. Entonces, ¿deberíamos romper esa lista de objetivos y renunciar a la superación personal? No todavía. Primero debes saber lo que la ciencia tiene que decir sobre las resoluciones de año nuevo.
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¿Qué es la fuerza de voluntad?
Hasta hace poco los psicólogos entendían la fuerza de voluntad como un recurso finito, como si fuera la energía de una batería. Una vez que esta energía era usada, tendrías que “recargarte” de alguna manera antes de poder producir más. Sin embargo, en 2016 los intentos por reproducir los estudios que apoyaban esta forma de entender la fuerza de voluntad fracasaron.
Puede ser más difícil actuar para lograr tus objetivos de año nuevo si estas cansado, pero ya no existe ninguna evidencia fiable de que la fuerza de voluntad existe como una entidad separada de tu nivel de energía general. Así, pensar que la fuerza de voluntad es limitada parece una profecía autocumplida. De acuerdo con un estudio dirigido por Katharina Bernecker de la Universidad de Zurich, las personas que creen que la fuerza de voluntad es abundante y autorecargable procrastinan menos, son menos propensas a caer en hábitos no saludables y obtienen mejores resultados en los exámenes. También son más felices, ¡por lo que no sorprende que el éxito les llegue tan fácilmente!
¿Y si la fuerza de voluntad es una emoción en lugar de un recurso? No nos preocupamos sobre quedarnos sin tristeza, felicidad o amor. Tampoco tenemos la expectativa sentirnos felices en una situación desafortunada, o amar a alguien que nos es adecuado para nosotros. Y sin embargo esperamos ser capaces de producir fuerza de voluntad sin importar en qué circunstancias nos encontremos. ¿Qué tal si en lugar de tratar de forzarnos a mantenernos apegados a nuestros objetivos, tratásemos de construir las condiciones para hacer que lograrlos sea más fácil?
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¿Qué te detiene?
No, no es una pregunta retórica. La respuesta no es, “¡nada, simplemente hazlo!” Cualquiera que sea el objetivo de año nuevo que quieres alcanzar, ya lo hubieras logrado de no ser por las dificultades que has encontrado en el camino. Si el obstáculo no eres tú, tu falta innata de fuerza de voluntad, ¿entonces qué es?
Digamos que quieres hacer 30 minutos de yoga cada mañana antes de ir a trabajar, pero no puedes parar de retrasar la alarma del reloj, una y otra vez hasta que ya no tienes tiempo. ¿Pero por qué es tan difícil?
Cuando piensas en ello es obvio. Estás cansado. Si hubieras tenido las horas de sueño que necesitas, levantarte a las 6:30, no hubiera sido más difícil que levantarte a las 7:00. Pero mientras tu objetivo esté en conflicto con tu necesidad de dormir lo suficiente, mantener tu plan solo será cada vez más difícil hasta que eventualmente te rindas. De hecho, bajo estas circunstancias deberías rendirte, ya que en el largo plazo los efectos negativos de la fatiga tendrán un peso mayor que cualquier beneficio que puedas obtener del yoga.
Así que antes de empezar a trabajar en tu saludo al sol en las mañanas, necesitas un plan para tus noches. ¿Qué tal irte a la cama 30 minutos antes? Quizás lo que necesitas es poner la alarma para recordar que es momento de preparartepara descansar. Pero esto significa que quizás tengas que renunciar a algo. ¿Necesitarás dejar de leer en la cama, pasar menos tiempo con tus amigos? ¿Cómo te sientes acerca de estas potenciales pérdidas? Una vez que sabes lo que requiere el logro de tu propósito, tendrás conciencia de qué tanto significa para ti alcanzarlo.
De forma alternativa, si simplemente no eres una persona madrugadora, ¿por qué no hacer yoga en otro momento del día? Recuerda, que estamos mirando maneras para que alcances tus objetivos de forma más fácil. ¿Podrías hacer yoga en tu hora de comida, quizás, o asistir a clases en las tardes?
El poder de los hábitos
Propósitos como “ponerme en forma” o “escribir una novela” con frecuencia fracasan simplemente porque son demasiado vagos; no incluyen un plan realista sobre como alcanzar cada objetivo. Atrapado en un círculo de culpa, cansancio e incertidumbre, puede que nunca inicies o que te presiones a ti mismo muy fuerte, muy rápido y que luego te des por vencido.
Pero ¿y si fuera tan fácil como lavarte los dientes?
De acuerdo con Wendy Wood, profesora de psicología y negocios en University of Southern California, alrededor del 43% de lo que hacemos cada día es producto de nuestros hábitos, lo hacemos de forma casi automática, sin necesidad de luchar o de ni siquiera pensar en ello. Los hábitos son difíciles de romper, esto lo saben muy bien las personas que se proponen dejar de fumar o de comer comida poco saludable. Pero, si ese poder trabaja para ti en lugar de en contra tuya, entonces lograr tus objetivos requiere apenas esfuerzo.
Es frecuente escuchar la recomendación de que, para ayudarnos a cultivar nuestros hábitos positivos, nos demos premios a nosotros mismos. Un agradable gel de baño, quizás, o una deliciosa tasa de té. Pero el escritor Stephen Guise considera que esta práctica es un error, ya que te hace sentir que el comportamiento positivo solo vale la pena por la recompensa, llevándote a dejar de lado cualquier aspecto placentero de la tarea en sí misma. "Convierte la recompensa en una herramienta y el comportamiento en un medio para un fin", advierte Guise. La ciencia también apoya este punto de vista: un estudio realizado por Mark R. Lepper y David Greene de Stanford y University of Michigan, mostró que los niños a quienes se les ofrecía una recompensa por dibujar pasaban menos tiempo dibujando que aquellos que lo hacían sin esperar nada a cambio.
En lugar de recompensarte a ti mismo, Guise sugiere que deberías empezar poco a poco, dando pequeños pasos. En lugar de intentar escribir 100 palabras al día, trata con 50; o en vez de 50 sentadillas, trata con una. Sí, parece ridículo, pero ahora mismo no estás haciendo nada para alcanzar tu objetivo, ¡incluso el progreso más pequeño es mejor que eso! Pero normalmente te das cuenta de que una vez has empezado, haces mucho más de lo que habías planeado. E incluso si no es así, la clave de tener objetivos más pequeños es enseñar a tu cerebro que crear tu nuevo hábito es fácil. Y en lugar de premiarte con algo que ni siquiera está relacionado al objetivo, el placer de tener éxito desarrollando la tarea en sí misma te impulsará a seguir adelante, día tras día, hasta que el hábito se adhiere a tu cerebro y nunca más tienes que pensar en él.
¿Cómo puedes liberarte de los obstáculos que se interponen entre tú y tus propósitos de año nuevo? ¿Cuáles son los hábitos que necesitas crear? Nunca es tarde para aprender idiomas, así que por qué no empiezas hoy y reservas un curso de inglés este año
